El principio fundamental de este método es la restricción de hidratos de carbono (frutas, verduras, productos lácteos) y de azúcares en nuestra dieta para en cambio aumentar el consumo de proteínas y grasas (carnes, pescados, mariscos, embutidos y huevos).
Se divide en varias fases:
-Fase de inducción: Durante la fase de inducción se reduce la ingesta de hidratos de carbono a un poco de ensalada o un puñado de verduras. La fase de inducción debe seguirse por un plazo mínimo de 2 semanas.
-Fase de pérdida de peso progresiva: Durante esta fase ella se aumenta el consumo de hidratos de carbono: se admite un poco de queso, un puñado de frutos secos, una pieza de fruta y un puñado de verduras o legumbres. Esta fase dura hasta que se alcanza el peso deseado.
-Fase de premantenimiento: Se vuelve a aumentar la cantidad de hidratos de carbono al día, con lo que se puede subir de peso que se ha perdido en la fase anterior. El premantenimiento debe continuarse hasta que se logre mantener el peso deseado.
-Fase de mantenimiento: En el momento en que se logra mantener el peso ideal, se inicia la fase de mantenimiento que puede seguirse toda la vida y tiene por objetivo no aumentar de peso. Cada persona debe conocer la cantidad de hidratos de carbono que puede tomar sin aumentar de peso. Esa cantidad depende del modo de vida y de la cantidad de ejercicio físico que se realice.
Según varias páginas que encontré, los inconvenientes de esta dieta es que restringe la ingesta de hidratos de carbono por lo que no puede considerarse como una dieta sana y equilibrada al 100%. La dieta del método Atkins contiene muy pocos nutrientes, fibras y vitaminas, lo que puede producir problemas de salud en el hígado, el riñón y estreñimiento. Personalmente he hecho esa dieta por 5 meses, y a pesar de ser una mujer con hipotiroidismo a quien se le dificulta bajar de peso, he logrado reducir 14 kilogramos y no he sentido algún problema de salud. Lo único complicado para mí fue mantenerme en esta dieta durante los primeros 3 ó 4 días, luego de eso me pude acostumbrar a porciones más pequeñas y dejé de sentir ansiedad.
En mi caso, la dieta específica que hice fue la siguiente: al desayuno me comía 2 huevos revueltos con cualquier proteína, como jamón o queso, con una taza de té en leche descremada; al almuerzo comía una porción de carne, pollo, pescado o cerdo con una ensalada hecha sólo de verduras verdes y crudas y un vaso de agua; finalmente en la cena me tomaba una taza de té en leche descremada y entre cada una de las comidas tomaba una porción de queso o jamón y tomaba agua, y nunca comí ninguna fruta, lo cual me resultó muy bien!
En próximos post publicaré muchas más dietas para ustedes!
